domingo, 6 de enero de 2013

HONESTIDAD








Un niño llamado Ping vivió en China, hace unos dos mil años. Su pasatiempo favorito era el cultivo de las plantas. Gracias a sus cuidados en el jardín de su casa habían crecido cientos de flores hermosas. La gente que pasaba por la calle se detenía a admirarlas y él, a veces, les regalaba un ramillete.

El emperador de China también amaba las flores, pues pensaba que expresan las cualidades de quien las cultiva. Como ya era muy viejo, estaba buscando a una persona honesta que pudiera sucederlo en el trono. Se le ocurrió hacer un concurso. Convocó a todos los niños del reino y les informó que recibirían una semilla. El que volviera al cabo de un año con la flor más hermosa heredaría el trono.
Al llegar a su casa Ping la plantó en una maceta y la colocó en el mejor lugar del jardín, donde recibía la luz del sol y el rocío de una fuente cercana. Pero la semilla nunca germinó.
Transcurrió el año del concurso y cientos de niños se presentaron en el palacio con sus plantas. En la fila destacaba un brillante colorido: rojo, morado, rosa… Ping lloró al ver que su maceta sólo tenía tierra.
En el gran patio los niños se formaron para exhibir sus logros. El viejo emperador, que caminaba con dificultad, veía una flor y otra. Apreciaba su textura y matices o inhalaba su perfume sin hacer comentarios. Cuando llegó frente a Ping, éste se asustó mucho, temiendo un regaño.
—¿Acaso no plantaste la semilla que te di? —le preguntó el emperador.
—La planté y por más cuidado que puse nunca brotó nada de ella —explicó el pequeño.

El emperador siguió examinando las flores de los demás niños. Al cabo de un rato informó que había tomado una decisión.
—Queridos niños. No comprendo de dónde salieron todas las flores que he visto esta mañana. Las semillas que les entregué estaban hervidas y no podían germinar. Ping es la única persona honesta entre todos ustedes, pues tuvo el valor de traer la maceta sin planta alguna. He decidido heredarle mi reino. Sólo un hombre honrado puede gobernar esta gran nación.



Cuento tomado de: Calendario valores









2 comentarios:

  1. Precioso relato, Nada. No creas que exagero cuando afirmo que me ha emocionado. Me ha emocionado leer que aún quedan gestos tan honestos como el de este niño, aunque sólo existan en los cuentos.
    Gracias por compartirlo con nosotros.

    P.D. Un poco tarde, sí, lo sé, pero aquí va... ¡Feliz 2013!

    Besos.

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  2. Me ha gustado mucho.
    La honestidad debería ser siempre valorada y más hoy en día donde la corrupción se extiende sin parar.

    Saludos.

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